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Periodismo ciudadano: voces paralelas a la profesión periodística (página 2)



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Poco a poco, los diarios electrónicos han visto
cómo aumenta tanto el número de visitas como el de
consultas de páginas, convirtiéndose, según
B. Díaz Nosty, en una fuente de información global. Basta con observar
cómo ha evolucionado, en España, el
número de visitas de algunas de las principales cabeceras
de diarios electrónicos controladas por la OJD durante los
últimos meses.

Visitas a páginas web

90_1.png

Para hacer frente a ello, se ofrecerá a esa audiencia
no solo productos
periodísticos mejor elaborados, interesantes, bien
diseñados, sino también potenciando su presencia en
el proceso
informativo.

El concepto de
información incluye, según José Luis
Piñuel, la disponibilidad de los mensajes y el uso humano
que se hace de ellos. Ahora bien, si tenemos en cuenta a Javier
Morato del Rey, los medios de
comunicación no son solo emisores de mensajes, sino
también instituciones
sociales, implicadas en la trama institucional desde la que
informan, para la que informan y sobre la que informan. Los
nuevos medios,
más volcados en la construcción de democracia,
ponen mayor énfasis en la fuerza de la
participación ciudadana, más
allá de los intereses empresariales, pero sin olvidarlos
del todo.

Según la II Encuesta a
Usuarios de Internet realizada por la
AIMC a principios de
1999 -estos rasgos se han mantenido inalterables en los
últimos años-, por lo general, los interesados en
el
periódico electrónico responden a perfiles muy
típicos de usuarios de Internet. Varones (más del
80 por ciento), entre 25 y 35 años, con alto nivel de
estudios y cualificación profesional. Así,
según Manuel López, el objetivo de
estas cabeceras en la red es un público
joven, inquieto y culto, que además quiere participar en
la realización de los contenidos.

Los nuevos adalides de
Internet

Por el momento, y salvo contados ejemplos, la mayoría
de los espacios de comunicación en los que se comparten
opiniones, testimonios y criterios sobre noticias
publicadas por los medios convencionales o en los que se da
cuenta de informaciones no aparecidas en éstos, se
encuentran fuera de los medios tradicionales.

Paralelamente, los últimos datos sobre
páginas
web hablan de más de 2.000 millones de páginas
web. Pero,
¿quién escribe todo ese material? Son contados los
casos en los que hay periodistas implicados en la producción de toda esa ingente cantidad de
información que llega a la red. Desde un punto de vista
profesional, esta afirmación supone dar a entender que una
gran parte de la columna vertebral de la sociedad de la
información está en manos de gente que de repente
se ha lanzado a la actividad comunicadora con un frenesí
tal, cuya principal consecuencia es que se han convertido en los
nuevos adalides de Internet, tal y como reconocen Jesús
Flores Vivar y Alberto Miguel Arruti.

Los weblogs,
quizá el mejor ejemplo de esto que estamos afirmando, han
democratizado la publicación en línea y han
posibilitado a muchos informar y opinar en un formato que
desmonta gradualmente los muros que cercan la
participación en los medios en línea al foro o a una lista de distribución. Hoy día, las
aportaciones de los lectores llegan a la información.
Millones de reflexiones, críticas y crónicas de lo
que pasa a nuestro alrededor son publicadas cada día en
páginas personales. Los weblogs han disparado en los
últimos años el fenómeno de los diarios
personales al facilitar el proceso de publicación.

Definición

Para poder seguir
adelante con un mínimo de claridad y de orden, es preciso
delimitar claramente, antes que nada, qué entendemos bajo
la denominación de periodismo
participativo o ciudadano. El término periodismo
participativo define el acto de un ciudadano, o un grupo de
ciudadanos, con un rol activo en el proceso de recogida, análisis y difusión de noticias e
información, según Shayne Bowman y Chris Willis,
autores del estudio We Media: How audiences are shaping the
future of news and information. Para el periodista Carlos
Castillo, en declaraciones recogidas por Marcio Fernándes,
por periodismo cívico,
comunitario, se entiende la acción
de retomar contacto con la comunidad,
descubriendo lo que los lectores quieren y abriendo espacios para
charlas de temas de interés
público. En el fondo subyace la idea de que la gente sea
quien recabe la información y la transmita a otras
personas. En su libro The
Elements of the Journalism, Bill Kovach y Tim Rosenstiel explican
que cada vez más la noticia es producida fuera del
periodismo.

El periodismo ciudadano es aquel que hace posible la
participación activa de los actores sociales que
intervienen en todo el procesamiento de la información de
interés público. Por lo tanto, sus
características esenciales son formar opinión
pública mediante la creación de públicos
deliberantes y promover la participación ciudadana.

Si bien para algunos autores el periodismo ciudadano no es
nada novedoso -son muchos los autores que fijan el inicio del
movimiento a
comienzos de los años 90 en los Estados Unidos y
de allí pronto se extendió a América
Latina y Europa-, para
otros, se trata de un concepto nuevo, que está en evolución, y que se está difundiendo
cada vez más con la llegada de Internet y, en particular,
de herramientas
como los weblogs -se calcula que en 2004 había unos 11
millones de blogs en el
mundo-. Los medios tienen en Internet una plataforma para
fomentar el intercambio. Para unos es una bocanada de aire fresco en el
mediatizado mundo periodístico; para otros, un ataque
directo a la profesión. Estas incursiones no profesionales
en el periodismo muestran muchas voces
distintas y pueden tener interés, pero no son aceptables
al cien por ciento. Solo en ocasiones tienen verdadero valor como
noticia, pero en nada son comparables a la profesionalidad de un
medio solvente y riguroso. De lo que no cabe la menor duda es que
se trata de un buen ejemplo de cómo puede un periódico
volver a establecer conexiones con la comunidad a la que en
teoría
sirve.

Los grupos de
discusión, weblogs, contenidos generados por usuarios en
páginas web (como la sección de
participación de La Vanguardia
Digital) o publicaciones colectivas (como Wikipedia o Indymedia)
pueden constituir, según las definiciones aportadas,
diferentes expresiones de este periodismo ciudadano.

La propia dinámica de la participación hace,
tal y como recuerda Eva Domínguez en la edición
del 7 de noviembre de 2003 en La Vanguardia Digital, que los
propios ciudadanos cubran espontáneamente muchas de las
funciones que
se exigen a los profesionales de la información: comentar,
filtrar, editar y comprobar la veracidad de los hechos que se
publican.

Si bien no existen fórmulas para integrar las
aportaciones del público en las rutinas informativas del
medio, la tendencia se dirige a lograr estrechar el
vínculo entre el periodista y el público. No
obstante, también hay iniciativas más osadas, como
la impulsada por la BBC: ofrecer a los usuarios formación
periodística.

Los contenidos son creados por la propia audiencia y, por lo
tanto, muy pegados a la vida y a los intereses de ésta. De
hecho, el periodismo ciudadano ofrece su máximo potencial
en el nivel hiperlocal -término empleado por el blogger
Jeff Jarvis-, no en el regional y mucho menos en el nacional. Y
ello porque hay un fuerte interés de la gente en los
contenidos muy, muy locales, que los periódicos
convencionales tienden a ignorar. Estamos en una sociedad en
tránsito, en la que los periódicos, y sobre todo
los locales, "aceptan el principio de servicio a una
comunidad y lo anteponen a cualquier otro" (Peñalva y
Coca, 1998, 138). Y este tipo de cosas no suelen ser cubiertas
por los grandes diarios, fundamentalmente porque éstos
están orientados a un mercado
más amplio.

Un nuevo nicho de
mercado

Esta modalidad de periodismo, representa un nuevo nicho de
mercado en el periodismo en línea, al presentar una mezcla
de reporteros locales que quieren compartir opiniones e
informaciones junto con periodistas profesionales.

Hoy por hoy, el mayor exponente de esta tendencia es un diario
coreano, OhMyNews, que en poco más de tres años ha
logrado una media diaria de 14 millones de visitas. La mayor
parte de los contenidos son elaborados y remitidos por los
propios lectores habituales, una estrategia
pensada desde el primer momento en que se creó este medio,
que se ha esforzado en presentar a cada lector como si se tratara
de un reportero y que se ha convertido en el sitio de noticias
más influyente de Corea del Sur. En España, gracias
a Qué!, el lector tiene la oportunidad de dar a conocer
las noticias que le interesan sobre el barrio, la ciudad o la
comunidad en la que vive , gracias a sus aportaciones mediante
blogs.

En España también destaca el ejemplo de
Periodista Digital, desde donde se tiene el convencimiento de que
la red está cambiando las reglas del juego y
acabando con el papel de guardabarreras que tradicionalmente
ejercen los directores, editores y propietarios de los grandes
medios de
comunicación. Para ello, apuestan por el periodismo
participativo, un periodismo en el que la noticia no sea algo
inerte sino que tenga vida propia; un periodismo en red que
sobrepase el tradicional formato emisor-receptor.

De cualquier manera, de lo que no cabe la menor duda es que se
trata de una modalidad de periodismo -algunos hablan ya del
periodismo ciudadano como un nuevo género
que está causando gran impacto. No hay que olvidar que son
contenidos creados por la propia audiencia y, por tanto, muy
pegados a la vida y a los intereses de ésta. Pero
más que tratarse de un nuevo género, creemos que se
trata de una nueva fórmula empresarial y una estrategia
informativa eficaz que, como informó IBLNews.com el 13 de
noviembre de 2003, amenaza muchas parcelas hasta ahora intocables
de la prensa
tradicional. Hay quien lo ve como un modelo que
puede ser utilizado para restaurar la imagen de la
prensa. Otros aplauden el movimiento del periodismo ciudadano,
pero afirman no estar convencidos de que sea la respuesta
correcta para los males que sufre la prensa. De lo que no cabe
duda es que la parte más difícil del periodismo
ciudadano ya se ha resuelto: el cambio
está en marcha. La comunidad periodística
está respondiendo, algunos aún con muchas
reticencias, y se ha relanzado un espíritu de
participación que no debe ser desperdiciado.

Las herramientas del periodismo han cambiado (cámaras
digitales, teléfonos móviles,…), y a medida que
su uso se generaliza, la población que hasta ese momento solo era
usuario pasivo de los medios, comienza a jugar un papel cada vez
más importante, más dinámico en la recogida
y transmisión de información. El ya citado Francis
Pisani escribía, a principios de diciembre de 2004 en
Ciberpaís, que estamos pasando de un mundo en el cual la
información generada por los usuarios puede competir con
más posibilidades frente a las fuentes
tradicionales y profesionales de información.

Esas herramientas a las que nos referimos poseen un poder
extraordinario a la hora de capturar hechos con una inmediatez
que los medios tradicionales no se pueden permitir. Los hasta
ahora potenciales usuarios de un medio pueden convertirse en
reporteros de ese medio en el mismo lugar y tiempo en que
acontece un hecho e incorporarlo a los flujos de
información de manera inmediata. Ello plantea importantes
retos a las compañías de medios, pero
también proporciona nuevas oportunidades.

Debates recientes entre profesionales de la información
se centran sobre si este tipo de periodismo, llevado a la
práctica de manera individual o colectiva, es un ejercicio
periodístico y ha de ser considerado como tal. Y como
establece José Luis Martínez Albertos, la
información veraz -o información
técnicamente correcta- tiene lugar cuando el mensaje
cumple, acumulativamente, estas tres condiciones: es una noticia
debidamente deslindada, es una noticia rigurosamente verificada y
es una noticia adecuadamente contextualizada.

La pregunta que debe plantearse es si el periodismo ciudadano
está en condiciones de respetar estas normas
deontológicas, inseparables del propio concepto
clásico de periodismo.

No cabe duda que corresponde a aquellos lectores implicados en
el proceso de recogida, análisis y difusión de la
información el ganarse la credibilidad del resto de los
lectores. Será la labor continuada del día a
día, a partir de las aportaciones realizadas, las que le
harán ganarse la reputación y el respeto de los
demás.

Aun a riesgo de parecer
alarmista, de acuerdo con lo hasta aquí manifestado,
absolutamente discutible y revisable, en el momento actual el
periodista corre el riesgo de verse apartado de su quehacer
tradicional. Hay que ser conscientes de que es algo innovador,
pero también es algo peligroso el hecho de que los
lectores se conviertan en periodistas por un día. Parece
claro que ante una audiencia cada vez menos pasiva, la
vinculación del público en el proceso informativo
será algo fundamental en el ejercicio periodístico
del futuro inmediato. Algunos medios ya lo han entendido
así y trabajan en esa dirección. Otros, por el contrario,
aún se manifiestan recelosos de otorgar a sus lectores un
protagonismo que no les corresponde. La cuestión
está sobre la mesa y desde la brevedad de estas
líneas no es posible hacer un análisis más
profundo, que queda para un posterior estudio más
detallado centrado en esta cuestión. Se trata de un
fenómeno que no se puede ignorar.

Tal y como vaticina David Randall, no sabemos qué
futuro les espera a los periódicos. Pero sí sabemos
que los cambios tecnológicos presagian profundas
transformaciones en un futuro no muy lejano.

El fenómeno del
diario coreano OhMyNews.com

El máximo exponente de periodismo participativo a nivel
mundial es OhMyNews, de Corea del Sur, diario digital que ha
convertido en reporteros a miles de ciudadanos, posibilitando el
cambio político y transformando el panorama
mediático del país, preciso un informe publicado
por Clarín.

OhMyNews.com, cuyo fundador es el periodista coreano Oh
Yeon-ho, atrae a dos millones de personas diariamente, siendo lo
inusual que los lectores no solo pueden escoger las noticias que
desean leer, sino también escribirlas.

Con la ayuda de más de 36 mil periodistas-ciudadanos
registrados, el periódico ha emergido en solo cuatro
años como un desafío directo a los medios
establecidos, ya que a diferencia de sus competidores, ha
abrazado como normas la velocidad, la
responsabilidad y la naturaleza
orientada a la comunidad de la Web.

"Con OhMyNews, deseamos decir adiós al periodismo del
siglo XX, donde la gente solo veía las cosas a
través de los medios tradicionales y conservadores. El
concepto principal es que cada ciudadano puede ser un reportero.
Un reportero es el único que tiene las noticias y quien
está tratando de informar a otros", dijo Oh.

Servicio público antes que
negocio

Los medios fueron antes servicio público que negocio:
la prensa daba la información que el público
debía conocer. El único método
empírico utilizado era el criterio de los propios
profesionales del medio. Desde entonces, el olfato
periodístico guió a la profesión en la
selección de temas informativos durante
décadas.

Sin embargo, en un momento dado la nariz de la prensa se
resfría. El declive constante del número de
lectores empujó a un grupo de diarios norteamericanos a
averiguar los temas que realmente interesan a su audiencia, lo
que implicaba dejar de olfatear y poner el oído.

Los primeros experimentos

A principios de los 90, algunos diarios norteamericanos
aplicaron prácticas desconocidas en la prensa: encuestas
ciudadanas y entrevistas
para saber qué preocupa o interesa a su público.
Los resultados definieron una "agenda ciudadana" para guiar en la
elaboración de temas en profundidad.

Tras la experiencia, la vinculación de los lectores con
el medio creció. En una década, las experiencias de
periodismo cívico proliferaron en los Estados Unidos, en
un intento de convertirse en el servicio público que sus
lectores necesitaban.

El diario coreano

Sin embargo, OhMyNews ha dado un paso mucho más largo.
Allí no es el medio el que pregunta a los lectores, sino
que son los lectores los que elaboran directamente la agenda
ciudadana con los artículos que envían. Cualquier
ciudadano puede ser reportero en OhMyNews, una vez que ha dado
sus datos personales, que son comprobados por la redacción, y que firma un compromiso
deontológico.

Los miles de reporteros ciudadanos de OhMyNews han impreso un
estilo distinto a la información. Los relatos en primera
persona, las
reflexiones sobre temas mundanos, la crítica
a los medios tradicionales, las opiniones sobre películas
o libros son los
contenidos más frecuentes de los 36 mil colaboradores
ciudadanos. A la redacción llegan una media de entre 150 y
200 textos cada día, que conformarán el 70 por
ciento de los contenidos del diario. La redacción se
encarga de temas que requieren más profesionalidad o son
más complejos, principalmente internacionales y
políticos.

El esfuerzo de los reporteros ciudadanos es remunerado. Pueden
cobrar 20, 10, cinco o tres dólares por cada pieza, en
función
de su relevancia y su calidad. Aunque
no se ganarán un sobresueldo, excepto tal vez para el que
ha llegado a escribir 400 al mes, añade motivación a su participación.

La participación de la audiencia en el proceso
informativo no concluye aquí. Además de publicar en
el diario, los ciudadanos pueden escribir comentarios al pie de
todos los contenidos, algo cada vez más habitual pero que
en OhMyNews alcanza cifras insólitas.

La edición hace al
medio

Los periodistas de la redacción revisan, editan y
comprueban los datos de las colaboraciones ciudadanas, lo que no
evita que se publiquen algunas informaciones inexactas.
Ésta es una de las críticas más recurrentes
a OhMyNews: el riesgo a la imprecisión debido a la
naturaleza de sus fuentes. Dicho peligro lo comparte
también la prensa tradicional, con múltiples
ejemplos. 

Para Oh, si no hubiera edición periodística
OhMyNews no sería un medio de comunicación. La
acción de cotejar, filtrar, editar y jerarquizar la
información es lo que hace de los medios lo que son. Pero
en el periódico coreano también esa labor no es
exclusiva de la redacción.

Si bien los periodistas profesionales son los responsables de
dichas tareas, los ciudadanos evalúan su trabajo. El
consejo de reporteros ciudadanos se reúne una vez al mes
para analizar la labor de la redacción profesional de
OhMyNews.

Herramienta democrática

Oh cree que la modestia ha de ser una calidad
intrínseca al periodista, que convive con la
tentación de vanagloriarse solo por la difusión de
su trabajo. Escriben para sus lectores "con la premisa de que lo
que han escrito es la mejor representación de la esencia
del fenómeno en cuestión". El consejo de reporteros
ciudadanos es un jarabe de modestia.

Por su parte, OhMyNews también contribuye a la
excelencia del trabajo de los periodistas ciudadanos a
través de sesiones de formación gratuitas. En los
seminarios, que se organizan cada mes, los colaboradores pueden
aprender las bases del oficio para mejorar sus textos o cubrir
una conferencia de
prensa, puesto que cualquier periodista ciudadano tiene acceso a
ellas.

No obstante, para Oh "la mejor enseñanza son los comentarios de los
lectores". Es la dosis diaria de humildad que necesitan para no
despegarse de la realidad y mantener a OhMyNews como un modelo de
periodismo público del siglo XXI, una herramienta de la
sociedad para mejorar la democracia.

Prensa mundial:
más
publicidad,
más gratuitos y crecimiento digital

La World Association of Newspapers (Asociación Mundial
de Periódicos) tuvo a fines de mayo, en Corea del Sur, su
duodécimo Foro Mundial de Editores, que conoció el
documento titulado Informe de Tendencias. El portal
www.periodistas21.blogspot.com lo resumió en los
siguientes apartes

· La difusión de los diarios creció un
2,1 por ciento en tanto que la gran estrella del negocio en 2004
fue el crecimiento de la publicidad: el mayor aumento en este
siglo XXI, con una subida del 5,3 por ciento.

· La audiencia de los diarios digitales creció
un 32 por ciento y registró un aumento de un 350 por
ciento en los últimos cinco años.

· Otro mercado de fuerte expansión fueron los
periódicos gratuitos, que representan más de un 25%
del mercado de diarios en España, Italia, Dinamarca
y Portugal.

· Más de 395 millones de personas compran
diarios cada día, 21 millones más que en 1999.

· En Europa los diarios perdieron un 0,7 por ciento de
difusión y la prensa norteamericana perdió un 1 por
ciento en 2004 y un 2,06 por ciento en el quinquenio. China y
Rusia
crecieron un 3,7 y un 2,75 por ciento en 2004.

· Los noruegos y los japoneses siguen siendo los
mayores compradores de diarios, con 651 y 644 ejemplares por cada
1.000 habitantes. Les siguen Finlandia, con 522 por mil, y Suecia
con 489.

· El buen año de la publicidad no evitó
que los diarios perdieran cuota de mercado: del 30,5 por ciento
en 2003 al 30,1 por ciento, casi medio punto. Los diarios siguen
siendo el segundo medio publicitario preferido tras la televisión, situación que se
mantendrá por largo tiempo, aunque ambos medios pierden
cuota.

· La publicidad en los diarios digitales creció
un 21%, un aumento más lento que el de audiencia.

 

 

 

 

Autor:

Koldobika Meso Ayerdi

Revista Chasqui
Centro Internacional de Estudios Superiores de
Comunicación para

América Latina (CIESPAL)
chasqui[arroba]ciespal.net     

info[arroba]ciespal.net
Weblog: www.revistachasqui.blogspot.com
Web: www.chasqui.comunica.org
Web institucional: www.ciespal.net
Quito –
ECUADOR

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